Justus Becker, alias COR, es un conocido artista urbano alemán que vive en Frankfurt. Su estilo es totalmente comprometido y lleno de simbolismos. Es un crítico del poder político y económico. Algunas de sus obras más conocidas las realizó en la barrera que se montó alrededor del Banco Central Europeo (BCE) durante su construcción. Esa institución financiera con sede a las orillas del río Main quiso abrirse a la crítica artística y Becker lo aprovechó, cuestionando desde entonces la postura inhumana de la Unión Europea respecto a los refugiados.
Becker trabaja en mancuerna con el artista también alemán Oguz Sen, de origen turco. Con él pintó un mural cuya fotografía dio la vuelta al mundo: se trató de la reproducción de aquella imagen dramática del pequeño niño kurdo de tres años, Alan (Aylan) Kurdi, tendido muerto boca abajo en una playa de Turquía, a donde lo regresó el mar tras un intento fallido de cruzar el mar Mediterráneo y llegar con su familia a Europa a principios de septiembre de 2015. Poco después el mural –desde el cual se puede ver el edificio del BCE– apareció pintarrajeado con frases antiinmigrantes tales como “Las fronteras salvan vidas” o “¡Chíngense antifascistas!”…
Muro sostuvo una plática con Becker.
–Dime Justus, ¿cuáles fueron tus motivaciones para hacer el mural sobre Alan? Posteriormente fue vandalizado, ¿qué opinas de que eso haya ocurrido?
Ya habíamos realizado antes algunos murales sobre la crisis de los refugiados, pero a nadie le importó. Así que cuando tuvimos la idea de pintar esa imagen en ese lugar simplemente decidimos hacerlo. Lo que queremos es que la gente tenga conversaciones sobre temas que de verdad son importantes y que deje de consumir opiniones de otros en los medios de comunicación.
“Cuando después fue vandalizado nos dio mucho coraje. Pero la amplia respuesta de los ciudadanos de Frankfurt nos reconfortó. Pedir que nuestro mural fuera considerada una obra de arte de la ciudad de Frankfurt nos llenó de orgullo y felicidad nuevamente”.
–Ustedes recolectaron fondos para pintar otros murales. ¿Qué sucedió después?
Únicamente solicitamos fondos para este mural. Mucha gente nos ofreció dinero para limpiar el mural de Alan porque las frases racistas pintadas sobre él eran una desgracia para la ciudad. Recibimos una gran cantidad de dinero, así que donamos lo que sobró a una organización de caridad germano-austriaca que ayuda a los refugiados en las islas griegas.
–¿Qué opinas de la crisis de los refugiados y la manera en que la Unión Europea la ha manejado?
Pensamos que la Unión Europea no está funcionando como una unión. Estamos muy decepcionados de que muchos Estados sean tan ignorantes y arrogantes y se rehúsen a ayudar. Si trabajáramos juntos y compartiéramos la tarea podríamos fácilmente ayudar a todos aquellos que huyen de la guerra. Los medios están volviendo a la gente más inseguro y temerosa. Muestra únicamente el lado egoísta de nuestra sociedad, que sólo está interesada en su propio estilo de vida ostentoso.
–¿Y que piensas sobre la solidaridad que han mostrado otros artistas urbanos con los refugiados?
Es una buena señal. Deseo enviar un mensaje positivo a través del arte que dé a la gente la oportunidad de pensar y de esa manera pueda tener fe en los demás…algo que los políticos no hacen. Todo lo que ellos nos dan es desconfianza y miedo.
–¿Qué te producen los grupos anti-inmigración? ¿Cómo combatir sus ideas?
Odiamos a esos grupos racistas. Sí, sólo son racistas, egoístas e inútiles para construir una mejor sociedad. Todo lo que dicen son mentiras, infectan a la gente estúpida con eso. La gente que viene a Europa viene a trabajar, seguido en empleos que nosotros los europeos no queremos, y pagan impuestos, por lo que !no nos cuestan nada! Es muy difícil luchar contra esos racistas cuando su campo de influencia está en ciertas áreas donde la gente no tiene mucho contacto con extranjeros. Especialmente en Alemania es muy triste observar a esas fuerzas malignas surgir de nuevo.
Entrevista: Appel
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