Himed&Reyben son dos jóvenes artistas de Querétaro, la capital del estado del mismo nombre que se ubica a 220 kilómetros de la Ciudad de México y cuya población ronda los dos millones de habitantes.
El primero tiene 25 años y el segundo 24; pertenecen a una nueva generación de artistas urbanos con su propia visión del mundo y forma de indignarse. Casi acaban de salir de la universidad, pero ya atraen la atención internacional: en 2014 uno de sus trabajos, “Basquiaring”, fue seleccionado como uno de los mejores del año por el portal europeo I Support Street Art, y fueron finalistas del premio australiano Stencil Art Prize con su obra “Cut Control”.
Himed&Reyben platicaron con Muro.
–Ustedes son de Querétaro. ¿Qué condiciones hay ahí que permiten el nacimiento y desarrollo de artistas como ustedes? No es un estado que aparezca mucho en el medio del street art mexicano. Vista desde la Ciudad de México, Querétaro es una ciudad muy pequeña…
HIMED: En Querétaro existe el movimiento del grafiti y arte urbano desde hace tiempo. Nosotros seríamos una tercera generación. Es cierto que Querétaro es una ciudad muy conservadora, y por eso ha habido muchas limitantes respecto a las intervenciones públicas de arte: la gente es cerrada y quiere mantener sus casas lo más limpias posibles. Pero últimamente ha habido festivales que han ayudado a abrir las mentes. También mucha gente de fuera ha venido a vivir aquí y eso también ha permitido una apertura. Respecto a los festivales, primero fue el Board Dripper, que es anual, y hay otro que se llama Nueve Arte Urbano que maneja varios eventos durante el año. La apertura que generan esos festivales nos ha ayudado a quienes nos dedicamos a pintar, y que es nuestro trabajo. En Querétaro hay mucha gente que todavía no ve el arte urbano así, como un trabajo, y creen que es un pasatiempo y nada más. Por otro lado, a pesar de llevar varios años el movimiento, apenas se está dando a conocer. Entonces, formar parte de este “nacimiento” podría marcar una ventaja para nosotros.
–En el sitio australiano del Stencil Art Prize hay una entrevista donde se les pregunta sobre la dificultad de ser artistas en México y ustedes responden que en el país no hay apoyos para el arte en general, y menos para el arte con esténcil porque es una técnica poco conocida en México. ¿Es por eso que ustedes han buscado salir a exponer su trabajo en el extranjero?
REYBEN: En Europa o Estados Unidos el esténcil es conocido desde hace muchos años y la gente ya lo considera como otra rama del street art o de la pintura. En México se piensa que es una técnica muy vanal y no se le confiere su importancia. Así, nosotros buscamos llevar nuestra obra a otros países donde se le valore, pero al mismo tiempo en México queremos enseñar que hay que darle su lugar: el esténcil es un trabajo duro y dedicado de cortar y pintar. Por eso tratamos de buscar convocatorias para lugares donde se muestre este tipo de arte, como en España, en Alemania, en Australia… A convocatorias como esas hemos mandado obra…

“Basquiaring”.
–De hecho, ustedes fueron finalistas del Stencil Art Prize de Australia…
HIMED: Sí, en la edición de 2014…
–El portal de ese premio califica su obra como “muy innovadora”: “A sus 25 y 24 años –traduzco más o menos– Himed&Reyben han recibido una aclamación de la crítica por sus evocativas, poderosas y grandiosas piezas y murales”. ¿Qué piensan de esa descripción australiana de su trabajo?
HIMED: Leí esa descripción y fue algo muy emocionante. No esperábamos esa respuesta. Era la primera vez que participábamos y quedamos finalistas. Les gustó mucho nuestra obra. Nosotros preferimos pintar muros, la calle, la pared. Participamos con pequeños formatos sólo cuando hay que exponer. En ese caso enviamos una obra referente al esténcil. La explico: en el medio del grafiti hay algo que llamamos Can control, que es el control con el aerosol, que a nosotros nos parece una tontería, pero mucha gente presume de eso. Hicimos entonces una sátira del Can control que denominamos Cut control por hacer referencia al esténcil. Aparecía un tipo con un aerosol, al que él apuñalaba con un cutter; en su pecho se lee la leyenda Cut Control. No sé si fuimos los primeros en el esténcil a denominar eso de Cut control, pero se volvió viral con un hashtag. Pienso que fue por eso que llamó tanto la atención nuestra obra. Nunca nos ha gustado halagar nuestro trabajo, pero sí aceptamos que es innovadora en el sentido de que siempre tratamos de hacer cosas nuevas, diferentes. Siempre estamos en constante experimentación. Es verdad que la técnica del esténcil se limita a tomar fotografía, recortar y pintar, pero dentro de esa técnica se pueden manejar diferentes tipos de pintura, de esténcil y mucho más. Se puede decir que la experimentación es nuestro método de aprendizaje porque somos completamente autodidactas. Tratar de innovar es nuestro impulso.

“Cut Control”.
–Ustedes son muy jóvenes y representan una nueva generación de artistas urbanos mexicanos. Su obra contiene cierto colorido, pero no se asemeja al estilo con que lo maneja quizás el movimiento más representativo del arte urbano del país, uno que explora el mundo prehispánico y que está vinculado al histórico muralismo mexicano. La pregunta es: ¿no ha sido difícil ganarse un sitio en una escena en la que muchos de los artistas más populares están influenciados por ese muralismo tradicional mexicano?
REYBEN: Por una parte, sí, sí es muy difícil. Esa escuela de Diego Rivera y Siqueiros, que describía lo que ocurría en México, tuvo su tiempo. Las nuevas generaciones viven épocas distintas; somos nuevas sociedades, hay nuevas tecnologías y cada artista se acopla a lo que observa y siente. En nuestro caso, con los aerosoles, la tecnología disponible y los nuevos materiales hemos podido desarrollar una obra innovadora para nuestro momento.
HIMED: Sí ha sido muy difícil. Lo veo día a día en las redes sociales. No sé si haya un estilo mexicano como tal en el arte urbano contemporáneo, pero sí hay muchos artistas que pintan cosas relacionadas con el mundo prehispánico, con la cultura maya y así, tópicos con “sabor mexicano”, y es cierto que eso es muy popular. La gente de inmediato se identifica, lo siente suyo y le gusta. Abrirse puertas en un mercado así es difícil para nosotros. No es que no nos sintamos mexicanos, pero no nos queremos encasillar…no queremos… ¿cómo explicarlo?…
–Quieren ser más globales…
HIMED: Exactamente. Crear algo que se pueda entender aquí y allá, no sólo en México. Cada quien puede pintar lo que quiera, pero en lo personal no queremos repetir algo que ya se realizó en su momento, como pintar cosas del mundo maya, que ya pasó y que no nos gusta, que no le vemos mucho el caso. Hay quien lo hace y muy bien y le funciona, y qué bien, pero nosotros no…

“Son solo niños; color en amor”.
–Tienen otra forma de ver el mundo, sin duda. Ustedes son autodidactas y empezaron a pintar en la secundaria hace apenas ocho años. Dicen que sus influencias provienen de sus experiencias. Pintar es su trabajo, pero ¿qué otras actividades tienen?
HIMED: Hace dos años egresé de la carrera de ingeniería en sistemas y me titulé hace un año y medio. Gracias a que pinto no he tenido que ejercer la profesión. Es algo muy padre porque es una carrera que aborrecí al final. A lo que me dedico es a recortar y pintar; es lo que pretendo. Y es difícil, pero hay que ver esto no solamente como algo que nos hace felices, sino también como un trabajo. Dedicarle ocho horas diarias.
REYBEN: Hace un año terminé la carrera en artes visuales. Terminé como diseñador gráfico, pero tampoco ejerzo (risas). Al final de la carrera me di cuenta que me gusta más la plástica, interactuar con los materiales y pintar en la calle. Me dedico a pintar y, de vez en cuando, le entro a alguna chamba (trabajo) de diseño.

Himed y Reyben con Goal.
–Cuando observo su obra menos reciente, sinceramente no es tan fácil como con otros artistas comprender los temas que les preocupan. Díganme qué les apasiona, qué les inquieta, si hay mensaje o no…
HIMED: Hace tres o cuatro años lo único que nos interesaba era pintar y que se viera bonito. Eso nos hacía felices. Para nosotros hay tres aspectos fundamentales en nuestro trabajo: la estética, es decir que se vea agradable, la técnica y el mensaje. Nos dimos cuenta que la estética y la técnica no importan en nuestro caso. Podemos hacer una pared toda chorreada o manchada, desagradable pues, pero si al final podemos transmitir un mensaje a una sola persona, nuestro trabajo cumplió su función. Para pintar nos basamos en nuestra experiencia: podemos pintar algo bueno o malo, bonito o feo. En julio ganamos una residencia artística de cuatro semanas en Yucatán, donde nunca habíamos estado. Luego estuvimos una semana en Cozumel y después otras cinco en Playa del Carmen. Conocimos la situación de allá, donde el capitalismo está a todo lo que da, donde prefieren los dólares que los pesos, donde la gente prefiere hablarte en inglés que en español y ya ni se diga en maya, porque mucha gente allá es de ese origen, y donde hay grandes problemas de deforestación. Esa situación la expusimos en nuestro trabajo. Fue la primera vez que nos implicamos en un tema social respecto al país. En Playa del Carmen pintamos un muro donde se ve un niño con facciones mayas que sale de un billete de un dólar. Y se refería a la liberación frente al capitalismo. Donde decía One Dollar pusimos One Dream. Fue curioso: mientras pintábamos ese mural quienes nos dejaban más propinas eran los gringos (risas).
“La gente de allá nos relató cómo destruyen los manglares para construir hoteles y zonas turísticas. Mueren muchos animales. Decidimos hacer algo sobre ese tema también. Pintamos un niño, que representa a la humanidad, montando un cocodrilo sobre un manglar. El niño le está ordenando al cocodrilo que huya. Personalmente, son dos de mis trabajos favoritos. Quedé muy contento con ellos. Esa experiencia nos sirvió para madurar y queremos ahora enfocarnos más en dar un mensaje…”

“Expulsión ambiental”.
–Esa experiencia los transformó entonces artísticamente; la preocupación ecologista dejó huella en ustedes…
HIMED: Sí. Y es que sientes coraje. Hay tantas cosas que pasan en el país y no se hacen públicas. Uno entiende la dimensión de los problemas hasta que estás parado ahí. Te das cuenta de la realidad y sientes mucha impotencia. Lo único que sabemos hacer es pintar y hacer algo referente a los problemas para tratar de transmitir a la gente de la zona lo que sentimos y quizás crear conciencia. Sucedió algo muy chistoso: cuando hicimos esos trabajos en Playa del Carmen, los partidos políticos de oposición al gobierno priista local compartían en sus redes sociales las fotos de esos murales con títulos como “Los primeros murales con conciencia en Playa del Carmen. Nos daba risa (risas)…
–Precisamente, me gustaría que hablemos de uno de sus murales que titularon “Resiliencia”. En él aparece el cadáver de un gato de caza en estado de descomposición, pero en lugar de vísceras hay flores y en lugar de moscas rondando hay mariposas. Es muy inquietante, pero al mismo tiempo es muy bello. hasta donde sé, resiliencia es la capacidad psicológica que tienen las personas para superar un trauma, es decir un accidente o la muerte de un ser querido. Explíquenme qué narra esa obra…

“Resiliencia”.
REYBEN: Ese muro lo realizamos en San Miguel de Allende, en Guanajuato (México) hace unas semanas, en un evento que se llama Muros en Blanco. Quisimos también abordar un tema con mensaje. Queremos decir que a través de la muerte puede continuar la vida; que la muerte nos da la vida. Con la muerte de ese gato, otros seres pueden subsistir…
–Dan ganas de meterse a la obra, verla más de cerca para observar los detalles…
REYBEN: Es el esténcil, tiene muchos detalles y provoca un choque visual.
–¿Y por qué el título de “Resiliencia”?
HIMED: La definición de la palabra es la que me mencionaste, pero hay otro significado que se aplica al medio ambiente, a la capidad de uno o varios seres vivos para superar una situación adversa y sobrevivir. Es muy adecuado el título…
–Claro, es interesante y no lo sabía… Pero pasemos a otro asunto: ustedes pertenecen al NO Colectivo. ¿Qué les aporta esa participación?
HIMED: Entre nosotros decimos que no es un colectivo (risas). La intención del grupo es abarcar varias técnicas dentro del país, aunque también hay algunos integrantes de Colombia y un español, Delio. Está Kloer que maneja pinturas vinílicas; Farid Rueda, que es multiusos (risas), y muchos que hacemos esténcil con diferentes técnicas y mensajes. En el colectivo está Rest, Carlos Soto, Goyo, Nacho que trabaja con aerosol y quien últimamente se ha dado mucho a conocer. Se trata de jalar parejo entre nosotros…
–¿Y hay una filosofía detrás del colectivo?
HIMED: (risas) Fíjate que sí la hay, pero como formamos apenas parte de él desde hace tres años, cuando nos invitó Farid, pues… Alguna vez escuchamos, pero no entendí muy bien (risas)…Entendimos que se iba a llamar NO Colectivo porque no es un colectivo (risas). (Nota de la redacción: el NO Colectivo está influenciado por la agrupación artística de los años 70 “No grupo”, informó posteriormente Himed). Todos son nuestros amigos y nos llevamos muy bien y hemos recibido bastante apoyo y consejos. La mayoría vive en el DF (Ciudad de México); nosotros somos como una sucursal en Querétaro. Y de hecho somos los más chicos del colectivo. El principal es Farid, que tiene toda la experiencia del mundo; ha viajado a otros países y su trabajo es muy conocido. Cada vez que nos vemos nos da consejos sin querer influirnos. Somos más que nada un grupo de amigos, ya que ni siquiera pintamos juntos. No armamos pintas colectivas. Ojalá pasara.
Texto: Appel
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