Fusca5En la primera parte de la entrevista, Fusca comentaba que durante un año colaboró con una organización de familiares de desaparecidos en México para pintar un mural en el DF que acompañaría una marcha a la que ellos asistirían. Pero el proyecto fracasó… AQUÍ PUEDES LEER LA PRIMERA PARTE

La Marcha. Obra de Fusca en Nantes, Francia.

La Marcha. Obra de Fusca en Nantes, Francia.

“Ellos (los familiares de desparecidos) participan los 10 de mayo en una marcha que parte del monumento a la madre (en el DF). Mi idea era pintar un muro ahí con una imagen que habíamos trabajado junto con ellos: es la imagen de un caballo con unos pies, es como un disfraz de caballo. Queríamos pintar en un edificio adyacente al monumento a la madre, que pertenece al registro público. Los familiares me decían que no tenía que ser un inmueble público, que podía ser un particular, pero para mí eso era muy fácil. No quería lucimiento, quería hacer el vínculo que te platiqué y llevarle ese proyecto al gobierno. Trabajamos en el proyecto durante un año; en el 2013 comenzamos a tramitar los permisos para intervenir ese muro en 2014. Pero falló…

–¿Qué pasó?

Yo jamás les mencionaba el tema de la desaparición (a las autoridades). Les explicaba que quería hacer un vínculo; todo muy propositivo. Ellos estaban muy felices y dijeron que sí. Ya teníamos todo. Las familias iban a plasmar el dibujo del caballo sobre las camisetas con las que marcharían. Pero unos días antes que me dicen: “¿Sabes qué Pilar? No hay dinero para las camisetas”. Lo que ocurrió en realidad fue que a un gobernador no le gustó nada esa imagen. En su lugar les habían propuesto la imagen de una mamá llorando con una sombra…

–Justamente lo que querías evitar tú…

Me di cuenta que no estaban listos para dejar el “victimismo”. Ellos todavía están de luto, entonces les dije que yo no podía apoyarlos en contra de nada. Eso, mi postura neutral, no les gustó. Querían que yo los apoyara a ellos. Teníamos artistas importantes dispuestos a apoyarlos en la marcha con pancartas, pero de forma neutral. No iban para decir “Peña Nieto, chinga tu madre” ni nada de eso. En ese momento me llamaron para realizar una residencia en Francia junto con otros artistas latinoamericanos. Estaba el boom del tema de las desapariciones. Hablé con los franceses y les dije: “Tengo este proyecto que se me frustró en México y lo quiero hacer aquí”. A ellos les fascinó la idea y lo hice. Todas las entrevistas se centraron en el tema del proyecto y no en las cuestiones técnicas. Fue muy bonito.

–¿Continuarás con ese proyecto en México?

Sí. Ahora paramos porque tenemos demasiada información y no le estamos dando salida. No nos interesa entender más cosas sino darle salida. He conocido personas que les interesa el arte público y comunitario, como la persona que hace el recorrido de los migrantes. Me acerco a proyectos por donde pueda decantar esa información. Es demasiado para compartir. No me puedo quedar sola con todo eso. No tengo la capacidad. De pronto tengo una plática muy profunda con un amigo y me dice “oye, ¿porqué no hacemos un fanzine?” y digo “va”, y me decanto por ahí. Luego tengo un vínculo con una comunidad y doy una conferencia; y así voy aportando de a poco todo lo que hago…

–Todo lo acumulado…

Sí, todo lo acumulado, pero ya no lo quiero hacer de forma individual. Ya no me interesa. No quiero que mi ego tome toda esta información para “hacer un gran proyecto de Pilar Cárdenas”. No, porque además no tengo energía.

Oro. Muro de Fusca.

Oro. Muro de Fusca.

–Leí algo que no había entendido del todo en una entrevista que diste, y que ahora lo tocas. Dices: “hay muchos artistas, sobre todo en el norte (de México), que les agobia el tema de la violencia, entonces su arte es pura muerte, decapitados, etcétera, y creo que estás descontextualizando esa situación. Eso reafirma la violencia en la mente de las personas.

¡¿Dónde leíste eso?!

–¿Sí lo dijiste o no?

Sí me suena, pero no recuerdo en qué contexto lo dije…

–Con lo que dices entiendo que la crítica va también hacia ciertos artistas…

No es que me quiera desdecir, sino que en el momento que lo dije mi perspectiva era otra. Me explico: Cuando empecé a desarrollarme artísticamente en Culiacán, me di cuenta que para los artistas de ahí, que son más bien conceptuales, el tema de la violencia estaba de súper moda; si no hacías algo con esa temática no tenías conciencia. Se nos desdeñaba mucho a los ilustradores o a los grafiteros porque hacíamos cosas que para ellos no tenían relevancia. Recuerdo comentarios de muy amigos míos cuando les comentaba toda emocionada: “¿Qué crees? Voy a ir a exponer a Nueva York”. Uno de ellos me respondió: “¿Con qué? ¿Con tus ilustraciones?”; le dije que sí y pensé “¿pues qué tiene de malo?; como que le pareció poca cosa. Participé en la Bienal del Noroeste, que tenía sede en Culiacán, y me daba cuenta que todas las piezas eran sangrientas, de destripados y bueno, era lo máximo, el tema del narco. Hay artistas muy reconocidos internacionalmente por hablar de la violencia, específicamente en Sinaloa. Veía que faltaba algo. Las propuestas de algunos eran muy serias, pero las de otros eran muy de moda: “Voy a fotografiar un balaceado, voy a narrar sangre, voy a hacer de eso un espectáculo…”. Era un camino muy fácil, muy mediático.

“Ahora entiendo que cuando la violencia rebasa los límites, no hay otra cosa de la que hablar. A lo mejor no tenemos la forma adecuada de abordarla, de tener una perspectiva más amplia, ya que Culiacán es una ciudad muy pequeña en tamaño, pero también respecto a la cultura. En un momento nos rebasaba la violencia. Actualmente ya no critico eso; ya lo entiendo. Pero en aquel momento en que declaré lo que leíste todo me rebasaba, tanto que fue una de las razones por las que salí de Culiacán: no hay forma de ralentizar esa información; todo es violencia, incluso el arte. A mí me interesaba también lo estético y poderlo vincular con lo ético”.

FuscaMazatl

Muro de Fusca y Mazatl en Londres.

–Tu estilo resalta por tus figuras que algunos describen como “sensuales”, y hay también una paleta de color reducida pero muy potente, tu estilo es inconfundible… ¿De dónde sale tu estilo en ese mundo de violencia que me cuentas?

Buena pregunta. No sé cómo responder. Lo que puedo decir sobre mi estilo es que siempre he puesto mucho énfasis, en talleres y en mis cursos –también doy clases–, el tema de la originalidad. Cuando me vine a vivir al DF me di cuenta que en el mundo del street art, del grafiti, de la ilustración y de la pintura, existía mucho la referencia externa. Se copiaban unos a los otros; todos querían ser como Saner o como otros. Todo se volvía muy aburrido para mí. A mis alumnos lo primero que les pregunto es qué hacen aquí y qué quieren de mí. Muchos me decían “yo quiero pintar como usted o como fulanito”. Ahí mismo les paraba el tren. Es muy fácil aprender la técnica de alguien que ya tiene 10 años pintando así. La copias y te haces mejor que esa persona a la que copias. Yo veía que mis alumnos pintaban muy rápido, entendían la técnica rapidísimo, la copiaban rapídisimo, pero eran incapaces de dibujar a partir de la nada. Se ponían súper nerviosos o ya no venían a clases. Era un conflicto para ellos. Antes hacía sesiones fotográficas, sacaba fotos, hacía dibujos de las fotos y luego pintaba. Pero era un proceso muy frustrante: utilizas el cerebro pero no explotas la creatividad. Estás copiando, no fluye la creatividad. Lo que hice fue mandar todo a la chingada y empezar a dibujar. Yo no sabía dibujar muy bien porque siempre copiaba, hacía collage –es muy fácil engañar al otro (risas). Tomé hojas blancas y dibujaba garabatos horribles, formas con cuerpos muy redondos, muy infantiles, en contorsiones inexistentes. Entré en pánico. Mis amigos me preguntaban qué estaba haciendo, me decían que me iba a ir a la mierda…

–Pero lo asumiste…

Lo asumi porque me sentía muy bien dentro de mí trabajar de esa forma natural. Afortunadamente le di al clavo porque me hizo seguir un camino original. Al principio quizás nadie entendía ni conectaba; ni yo misma entendía qué dibujaba. Te estoy hablando de hace dos o tres años para acá. Y empezó una nueva etapa para mí. Comencé a conjugar mi autoreferencia, con mis preguntas, con lo que a mí me interesa de la sociedad, y sin tener que pedirle permiso a alguien o preguntar si está bien o mal. Nadie puede venir a corregirme errores cuando yo no estoy copiando nada.

Fusca2BigProjector–Fue un acto reivindicativo…

Fue un acto reivindicativo que me volvió a la vida. De verdad: vivir de la referencia externa te mata. Nunca estás a la altura, siempre hay alguien que lo hace mejor y lleva pintando menos que tú… y entonces es algo que no termina y te agobia. Veo a mis amigos deprimidos porque la competencia los mata. Siento que me salvé un poco; quizás dejé de estar mucho en la mira, pero mi trabajo se ha vuelto mucho más profundo y enriquecedor. Estoy más conectada, aunque la gente piense que estoy ausente. Mi estilo está mutando todo el tiempo, y tiene que ver con que todos los días hago algo nuevo. me gusta mucho exponerme y evidenciar mis errores. Ser totalmente mi propio referente. Es difícil porque no hay mucho apoyo: hay pocos artistas que se asombran de lo que haces –antes eran más–, pero…

–…pero es un precio a pagar…

Sí, es un precio a pagar, aunque sabes que tampoco lo otro te alimenta. Alimenta tu ego pero te mata. Desde hace dos años, con mi nueva actitud hasta siento que he rejuvenecido físicamente, algo muy extraño…

–Pues ya pasaste la receta (risas)…

Es esa: ser tu propio referente. la autoreferencia total es igualmente un autoregulador. No le vas a pedir permiso a nadie, porque nadie más que tú sabe lo que tienes que hacer y en qué momento. Pensar en lo que está pensando el otro te cansa, te estresa e incluso ni te deja dormir.

Entrevista y texto: Appel

*Aviso a los lectores: a solicitud de la entrevistada se omitieron nombres de personas y organizaciones que aparecían en el texto publicado originalmente. El equipo de Muro tomó la decisión de aceptar esas omisiones bajo la base de que no afectan el sentido del texto.

Fusca5

Licencia de Creative CommonsEsta obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.