“No hay gran diferencia entre el estilo de los artistas extranjeros y los nacionales porque el street art es un movimiento internacional y masificado: puedes encontrar el mismo estilo en un artista latinoamericano, europeo o asiático; la cosmovisión y conceptos individuales es lo que da sello a cada trabajo”.

Esas son las palabras del artista belga Obêtre, quien participó en noviembre pasado en el festival Board Dripper de la ciudad mexicana de Querétaro. En México, dice en entrevista para Muro, “aprendí más de sus calles que de los mismos artistas: su gente y cultura son únicas. También aprendí a trabajar de manera muy personal y alejarme del movimiento global de pintura, así como dejar de lado las herramientas industrializadas. Si pinto como dicta la tendencia o las industrias, no soy yo, no es Obêtre: busco más independencia”.

Por eso Obêtre, quien nació y radica en Bruselas, asegura que cuando interviene un espacio en colaboración con un artista –y pone de ejemplo los trabajos con su compatriota Parole–, cada uno goza de total libertad y tratan de pintar en sincronía. (AQUÍ PUEDES LEER NUESTRA CHARLA CON PAROLE).

Persistence Rétinienne. Instalación de Obêtre.

Persistence Rétinienne. Instalación de Obêtre.

“Siempre intento olvidar el ego y la firma y sólo concentrarme en la obra. Llegar a ese nivel no es nada fácil, ya que es muy complicado trabajar con muchos artistas”, señala el artista visual, y critica:

“Es un detalle que ves en muchos festivales internacionales. Es algo que también presencié en México, donde muchos artistas van sólo a montar su obra y firmar, y no son incluyentes ni con la sociedad ni con los mismos colegas. Por eso, cuando intervengo, me quito la etiqueta de artista y comienzo a hacer arte urbano. Venimos de la calle a pesar de haber estudiado la técnica y teoría en los conservatorios”.

Obêtre confiesa que desde hace dos años no realiza proyectos personales y se ha dedicado en la capital belga, Bruselas, a participar en iniciativas artísticas de carácter social, principalmente de pintura y mural. Actualmente se dedica a la creación de pequeñas esculturas de madera.

Sus ingresos los utilizará para construir una casa en una zona rural de Bélgica: su propósito es alejarse del mundo del arte. “Me encuentro un poco cansado de esto. Cuando pueda dejo de vender estas esculturas y de colaborar en los festivales de arte”.

"Buen día servicio de limpia antigrafitis. Pueden llamarme al 0472.845.717. Gracias". Pinta sobre una propaganda del Partido Socialista belga en Mons. Foto: Obêtre.

“Buen día servicio de limpia antigrafitis. Pueden llamarme al 0472.845.717. Gracias”. Pinta sobre una propaganda del Partido Socialista belga en Mons. Foto: Obêtre.

Sus últimas intervenciones formales las dedicó a las revoluciones de los últimos 10 años en el mundo, como las “Primaveras árabes” en África y Medio Oriente, y que realizó en ciudades como Estambul, Turquía, o El Cairo, Egipto. En esas intervenciones colocó de manera ilegal frases sobre la publicidad de parabuses, las que, si se querían retirar, se necesitaba romper la montura y arrancar por completo la pieza.

“En ese momento no buscaba que las personas vieran este trabajo como un movimiento artístico innovador e interesante, sino como un acto de comunicación, cuya finalidad fue cambiar la percepción y concepción de los espectadores sobre los hechos críticos de nuestro entorno. Como resultado, ellos se convertían parte de la intervención”, explica.

Narra que a su regreso a Bruselas encontró una fuerte sensación de inseguridad en las personas y un gran dispositivo policiaco en las calles belgas debido a los atentados terroristas que perpetró la organización terrorista Estado Islámico el pasado 13 de noviembre en París, donde murieron 130 personas y más de 350 resultaron heridas.

“Quiero crear sin tener en mente la pretensión de realizar arte profesional”, comenta Obêtre: “Por eso regreso a las calles, es una terapia para mí y genero una reflexión entre la población, además de mandar un mensaje político contra las instituciones gubernamentales”.

Manège de sury. Mural espontáneo de André Houflin y Obêtre. Foto: Obêtre.

Manège de sury. Mural espontáneo de André Houflin y Obêtre. Foto: Obêtre.

Insurrecciones

Ante un panorama de inestabilidad gubernamental y guerras en el mundo, su más reciente fuente de inspiración es el libro A nuestros amigos, escrito por el colectivo francés Comité Invisible (editorial Pepitas de Calabaza-Surplus), en el que se establece que “las insurrecciones, finalmente, han llegado”.

En la publicación se retoma a los movimientos internacionales de la “Primavera árabe” (Medio Oriente y África), al 15M (España), Syntagma (Grecia), Occupy (Estados Unidos) o Gezi (Turquía) y concluye que “en las plazas hay indicios de una mutación civilizatoria”, pero sin lenguaje ni brújula propia y cargados con el peso de herencias ideológicas no elegidas y accionando en medio de una gran confusión.

Sin embargo, después de sus intervenciones en Japón, Obêtre considera que en ese país aprendió su principal método de técnica: “inhalar y exhalar. Es algo tan básico para concentrar todos tus pensamientos y alcanzar una perfección, sin importar si aquellos son malos o positivos”.

"Payaso con cicatriz". Intervención de Mathieu Tremblin y Obêtre en Mons, Bélgica. Foto: Mathieu Tremblin.

“Payaso con cicatriz”. Intervención de Mathieu Tremblin y Obêtre en Mons, Bélgica. Foto: Mathieu Tremblin.

Con 21 años de trayectoria en el movimiento street art, Obêtre ha intervenido también en Uruguay, Brasil, Estados Unidos, Canadá, Israel, Líbano, Egipto, Japón y en casi todos los países de la Unión Europea. Como experiencia revela que la capital uruguaya, Montevideo, ha sido el único lugar donde ha grafiteado con total libertad, sin que la policía o la población haya tratado de detener su trabajo.

Desde los 14 años el artista belga incursionó en el grafiti. En esa época, sólo un grupo de compañeros suyos en el colegio, un grupo de “chicos malos” que sólo hacían “tonterías y travesuras”, comenzaba a rayar las paredes de la capital belga.

Sin embargo, con una formación en sociología, confirma que uno de sus principales motores de creación siempre ha sido la lectura y la escritura, por lo que el arte es la única manera de extraer su cosmogonía al exterior.

Foto: Obêtre.

Foto: Obêtre.

Board Dripper, “un proyecto maduro y profesional”

En el festival de Querétaro, precisa Obêtre, “no vi mucho arte conceptual, sino algo más apegado al muralismo tradicional. Esos detalles para mí son apasionantes y me llevan a introducirme más y más en cada estilo, como lo que vi en Japón, donde tienen una idea joven y muchos utilizan el cartoon (caricatura) y muy poco de nacionalismo en sus obras”.

Continúa: “Pero, desde mi perspectiva, me doy cuenta que muchos de los artistas a nivel internacional no buscan algo diferente y se apegan mucho a las corrientes de moda. Ante ello, con Parole y otros colegas comenzamos desde hace 10 años el movimiento grafiti transgresivo, en el que siempre pintamos con un estilo libre y contrapuesto a las tendencias: queremos transgredir las normas establecidas del street art y eso nos lleva a buscar nuevas formas”.

Cuenta que este movimiento inició al observar una gran diferencia entre el street art y el grafiti, este último con un gran influencia en los 2000 en Europa con agrupaciones como Space Invader. Al ver un encasillamiento de técnicas y estilos, ellos decidieron crear obras conceptuales que siempre fueran cuestionadas por sus espectadores.

"Hombre que hace de todo, gratuitamente". Intervención/Performance de Obêtre.

“Hombre que hace de todo, gratuitamente”. Intervención/Performance de Obêtre.

“Broad Dripper –opina– es grupo es joven, pero es muy maduro y profesional a la hora de trabajar. Tienen ese equilibrio para consolidar su movimiento, tanto para conseguir dinero para los materiales, organizarse con el gobierno local para encontrar los espacios, como para pactar con los comercios u hostales para tener un lugar donde comer y dormir, pero principalmente tienen esa independencia para hacer lo que quieren.

“Si bien entre los organizadores hay artistas visuales, me agrada la colaboración de varios estudiantes universitarios, pues así tienen una visión emprendedora. Este festival lleva a distintos rubros: ciencias sociales, filosofía, literatura, historia o matemáticas, dependiendo de lo que cada uno haga. Es una buena combinación; algo que ha marcado al movimiento”.

Asegura que al revisar las últimas ediciones del festival se ha percatado que existe una apertura más amplia para artistas emergentes, principalmente internacionales, con lo que han ampliado el panorama de este movimiento artístico en Querétaro.

Texto: Daniel Van G.

Editó: Appel

Obetrecinta

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