El artista visual Cheke, Ezequiel Frías, asegura que “el trabajo con la comunidad es especial: traer a muralistas de la escena internacional del street art es mostrar una propuesta diferente, algo nuevo, algo nutritivo, algo que cambia a nuestra comunidad”. Cheke es miembro de Board Dripper, Festival de Cultura Urbana y Arte Emergente. La entrevista se realiza mientras afina los últimos detalles para el cierre de la sexta edición de este festival independiente realizado en el centro del estado de Querétaro, ubicado a 200 kilómetros al noroeste de la Ciudad de México.

Frías asegura que el intercambio de técnicas y conocimiento entre los artistas nacionales e internacionales es muy vasto:

“En la noche, cuando están todos los artistas internacionales en el hostal El petate, se presentan muchas platicas de intercambio cultural, las vivencias que cada quien tiene en su vida; todas esas cosas que no sabemos de sus países. De eso aprendemos”.

Mural del artista sueco Dano en Querétaro. Foto: Facebook de Dano

Mural del artista sueco Dano en Querétaro. Foto: Facebook de Dano

Un aspecto primordial para el festival “es la manera en que integramos a las personas que están interesadas en este movimiento. Queremos a las personas dentro del movimiento, porque también de ellas aprendemos. Nuestra responsabilidad es retribuirles con conocimiento; un tipo de arte estigmatizado en nuestra sociedad”.

Cheke comenta que “el hecho de obtener propuestas gratuitas de artistas de otras partes del mundo acerca sus trabajos cada vez más a la población, de tal modo que de alguna manera encuentre una catarsis reflejada en sus casas, su trabajo o forma de vida cotidiana con la intención de ser mejores personas en su entrono”.

Esta edición del festival se celebró del 2 al 13 de noviembre bajo el concepto de Rizoma: cada uno de los artistas dio aportaciones para marcar una dirección en un sistema libre, con la intención de crear una obra en conjunto.

Participaron 12 muralistas. La escena internacional estuvo representada por el sueco Dano, los belgas Obêtre y Parole, el estadunidense Evoca y la colombiana Gleo. La parte mexicana corrió a cargo de Base Lunar, Alfonso Basaldua, Said Dokins, Mario Maple, Nanzy Meh, Niko y Ser Mob.

El colectivo, explica Cheke, tocó puerta tras puerta para mostrar a los propietarios de las casas un catálogo de obras seleccionadas y pedirles permiso para realizar las obras de los muralistas. Esta ocasión el festival se enfocó en una zona muy deteriorada y austera de Querétaro, donde tuvieron que resanar cada una de las paredes.

“Los dueños de las casas, al saber que la restauración y obra serían gratuitas, se mostraron muy contentos y agradecidos de este apoyo. Nunca lo esperaban. Es ahí donde entramos como un proyecto que está destinado a la población, para nadie más. Nosotros compramos todo el materia de construcción: cemento, andamios, palas. ¡Ya hasta estoy aprendiendo a aplanar muros!”, expresó.

Mural de Obêtre en el centro de Bruselas. Foto: Parole

Mural de Obêtre en el centro de Bruselas. Foto: Parole

El colectivo de artistas recibe fondos oficiales, si bien ellos se consideran independientes. “El gobierno obligatoriamente nos tiene que dar recursos. No hacemos nada malo, al contrario, los ayudamos a cubrir ciertos espacios que ellos no alcanzan en la población. Ya sea poco o mucho el apoyo gubernamental que recibamos, y nos la veamos apretadas, nos ha alcanzado para poder hacer todos nuestros trabajos. Por eso nos vemos con la necesidad de acercarnos a algunos negocios o empresas para sustentarnos”.

Para este año se montaron cuatro exposiciones de salón: la primera fue una muestra de litografías elaboradas por 15 creadores queretenses en el taller de grabado Bambù, en Oaxaca. En el tradicional municipio alfarero de Cadereyta se hizo una intervención en ollas de barro.

Posteriormente, en la Galería Libertad, varios espectadores se vendaron los ojos para crear un mural con la sensaciones producidas en sus demás sentidos a través de la música. Por último se montaron en el Museo de la Ciudad de Querétaro 102 tablas restarudas de skate, intervenidas por artista y la comunidad queretense.

Además, se dieron cuatro conferencias impartidas por Gonzalo García, Said Dokins, Obêtre, Parole y el movimiento Hoja Urbana, en las que discutieron el uso de técnicas y contaron un poco sobre su trabajo.

El colectivo vendió a bajo costo serigrafías fabricadas por los 12 muralistas, con la finalidad de dar soporte y continuidad al proyecto. Actualmente cuenta con 24 patrocinadores tanto gubernamentales como microempresariales.

Cartel de la conferencia de los artistas belgas Obêtre y Parole en el festival Board Dripper.

Cartel de la conferencia de los artistas belgas Obêtre y Parole en el festival Board Dripper.

El festival mantiene desde hace tres años un intercambio cultural con Suecia, país en donde ha montado cuatro exposiciones de trabajos realizados sobre patinetas por artistas mexicanos.

En su pasada edición, titulada Nómada, el colectivo realizó un intercambio cultural entre México y Canadá, en la que colaboraron artistas visuales de ambos países para la elaboración de murales y la organización de talleres y estudios socioculturales, efectuados en las ciudades de Querétaro y Quebec.

Board Dripper tiene un sistema de trabajo de tipo working in progress, en el que cada uno de los artistas o participantes, seleccionados por medio de convocatorias, genera propuestas durante siete meses para dar el siguiente paso a otro proyecto. Sus integrantes son los artistas visuales Ezequiel Frías (Cheke), José Manuel Hernández (El Manolo), Irene Gutiérrez, Marcela Hernández y la canadiense Cyrielle Tremblay, cuyo principal eje de trabajo es la búsqueda de la cultura skate, street art, graffiti, arte emergente, convivencia artística y el arte como comunicación social.

Por Daniel Von G. Editado por: Appel

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